LIVG: balance de 20 años de pogromo contra la masculinidad y destrucción de la feminidad

Publicado el 1 de marzo de 2025, 7:55

Equipo de redactores

Anna Coleman, retocando la máscara de un soldado con la cara deformada en la I Guerra Mundial, para su integración en la sociedad, y que no horrorice a las damas que trabajaron en las fábricas de bombas que le lisiaron.

 

Tiempo estimado de lectura: 26 min.

 

 

“Los actores, ellos, salen ataviados con trajes que tienen a modo de cinturón unas manos unidas a la altura del vientre, al igual que por detrás de la cabeza, trasunto de la mano invisible patriarcal que domina todo lo masculino; ellas, las artistas, salen vestidas con vestidos dorados y brillantes, tipo años 20, pero con unas almohadillas en la espalda a modo de carga, lo mismo que en los muslos, expresando el lastre que han de soportar bajo su aspecto de seres de luz. A lo largo de la actuación se van representando diversas situaciones de la condición femenina bajo el opresor y condicionante sistema heteropatriarcal: en la primera, un grupo de mujeres, formando parte de un jurado literario (ningún hombre, curioso en la sociedad machista que tratan de retratar inquisitivamente), debaten lo “conveniente” ,de cara al futuro del premio, de conceder el máximo galardón a una mujer (parece que el mundo de lo apropiado, léase monetario, también se da bajo los seres de luz), dado que todas las finalistas lo son, con lo que deciden incorporar a otro finalista, que resulta ser un hombre, a la postre ganador; en otra, una mamá empoderada defiende a su hija frente a la directora de un colegio porque la niña está mordiendo la cara de los chicos que ocupan todo el patio con su campo de fútbol (no dice que muerda a las niñas que juegan al fútbol, solo a ellos) y con los trocitos arrancados (sic) de la carita de los chavales está construyendo un muñeco (le ha faltado decir el nombre de la niña: ¿tal vez Valeria… Solanas?); en otra, los seres de luz, armadas literalmente con grandes cuchillos charcuteros, escenifican una danza intimidante (hasta peligrosa por la cercanía con la cuarta pared del público) para exponer que el cuerpo les pertenece, y que se puede elegir extirpar los órganos femeninos que “tantos problemas dan”; en el siguiente microrrelato, dos amigos que van en coche a un partido de “furbo” (claro), ven obstaculizada la circulación por una mujer que cierra la prueba de una media maratón, lo que incita un debate entre el amigo, un aliade femenino, y el machirulismo difuso del conductor, expresado en el sarcasmo ante el estorbo de la deportista, exigiendo el primero que se deconstruya al amigo, por la ideología que destilan sus comentarios procaces, y que si no, “se quedará solo”; en una pareja consolidada, “pagando hipoteca juntos”, el hombre expresa la duda tras el acto sexual de que puede haberse corrido dentro, y ello lleva a un conflicto donde la mujer concluye que él, aunque “inconscientemente”, lo ha hecho como venganza por el éxito laboral de ella; en otra viñeta, el componente masculino declara a su compañera sus miedos atávicos y su adoctrinamiento por parte del padre, machirulo cazador que sale con una escopeta merodeando por todo el escenario y apuntando a las mujeres, como si fueran trofeos; otra pareja, de vacaciones, se enfrenta a un viejo recuerdo de juventud de la mujer, donde después de emborracharse e irse hacia su casa, acepta ser recogida por un chico agradable y correcto, “que no bebía”, y al final tienen relaciones sexuales, y ante la indignación de su pareja actual por el comportamiento del joven (sic), la chica explota y le exige que deje de maldecir y que en vez de eso le pregunte: “¿estás bien?” ; el broche de la obra lo pone la escenificación de una mujer que después de sufrir el racionamiento doméstico, en beneficio de padre y novio, decide hartarse de comer y ponerse gordísima y feliz, y que su chico le ama a pesar de su cuerpo desmesurado, hasta que al final muere por un colapso… ¿arte distópico? La obra se titula “GRRRL” y se mantiene en cartelera en el teatro María Guerrero en Madrid. Huelga decir que está bien subvencionada por el ministerio de cultura”.



Lamento el espóiler, pero era necesario para mostrar cómo la cultura, sufragada por el contribuyente, construye al enemigo, en esta ancestral tradición del ejercicio del poder político jerarquizado.

 

En la época denominada como Jim Crow1, la era de la segregación en Estados Unidos que va de finales del S XIX a mediados de los 50 del siglo XX y que sirvió para fortalecer el aparato estatal en Norteamérica debilitando la unidad de las clases populares, los negros eran caracterizados como violadores, mentirosos, inestables y poco fiables, donde la palabra de un blanco valía como prueba punitiva en un conflicto con una persona de color, mientras que si un afroamericano llamaba mentiroso o ladrón a un blanco solía ser considerado motivo de “homicidio justificado”.2 El partido demócrata era profundamente xenófobo y conformó el Ku klux klan dentro de sus filas. Si ahora cambiamos la palabra blanco y negro por mujer y hombre, y partido demócrata y kuklusklan por izquierda y feminismo, tendríamos el equivalente del segregacionismo actual contra los portadores del “funesto” gen XY. Y no deja de ser irónico que esa apelación a la naturaleza intrínsecamente malvada y dominante de los hombres para ejercer su poder sobre las mujeres ha sido la base de justificación de movimientos xenófobos, contra los que se alzaron las primeras feministas abolicionistas, que conformaron la famosa Declaración de Seneca Falls3

 

Tras 20 años de aprobarse con todos los votos del hemiciclo en el congreso, La Ley Integral de Violencia de Género (LIVG) que contempla la inculcación del derecho fundamental de la libertad para los hombres, recogido en la Constitución (art.17) y la declaración de los DD.HH (art 9)4, después de cientos de miles de millones invertidos en asociaciones, programas de reeducación y propaganda, en juzgados de género y especialmente, en llenar las cuentas de unas cuantas mujeres y hombres metidos en el negocio de la VioGen, el resultado cosechado es el siguiente: el número de feminicidios sigue repuntando5, el regaetton con sus canciones misóginas campa por sus respetos entre la juventud y los diales radiofónicos, el consumo de pornografía ha alcanzado cotas máximas en todo el tejido social6, y las encuestas hablan cada vez más de preferencias machistas y autoritarias entre los jóvenes7. Nunca antes ha habido tanto distanciamiento, recelo, susceptibilidad y rechazo entre los sexos que hoy día, que se plasma en los elevados problemas de salud mental derivados de la soledad no deseada, y en las paupérrimas tasas de natalidad, ya en niveles de irreversibilidad regeneracional. Si miráramos los datos y no las creencias, habría que concluir que la LIVG vino para promocionar el machismo, el desencuentro entre sexos y la destrucción de la sociedad civil.

 

Según el Observatorio de Violencia de Género, los hombres denunciados por su pareja, desde la aprobación del pogromo antiXY, han sido de 2.700.000, con el consiguiente estigma social, calabozo y separación de los hijos y de los bienes compartidos. De estas denuncias, más de 2.000.000 se han declarado improcedentes8 y de las condenatorias una buena parte han sido bajo consentimiento del acusado para no agravar más la pena y sanciones (especialmente no ver a los hijos) y no por pruebas inculpatorias.

 

La tasa de prevalencia de asesinatos domésticos catalogados como violencia machista es del 0’0002. Se omite que en la guerra de cifras percentiles, los asesinatos de varones en manos de sus parejas es del 0’000069. Pero además en esta modesta cifra de porcentaje de feminicidios, equiparable a la de enfermedades raras, no se ha discriminado la causa del delirio violento, dado que automáticamente todo homicidio cometido por un hombre contra una mujer en el ámbito privado se le cataloga como violencia de género, “solo por el hecho de ser mujer”. A la ley no le importa si las personas, en pleno ejercicio de su “libertad”, se han dedicado a la prostitución, a las drogas o a las milicias estatales, focos primarios de desestructuración personal y de violencia10, o si su cultura oriunda contenía rasgos misóginos11 o si estaba bajo efectos de estres, ansiedad o trastornos psicológicos potenciados por el trabajo y una sociedad “llena de vacío” (y que además están siendo retroalimentados por la aplicación de la propia LIVG), que son en muchas ocasiones las causas subyacentes de las muertes violentas en el seno de las parejas heterosexuales. Todo esto se oculta, todo esto se ningunea en las noticias y en las estadísticas. Lo único que importa es el sexo del acusado, como antes solo importaba la pigmentación de su piel, la pureza de sangre o la ideología política.

 

Mientras se magnifican las cifras de muertes en el ámbito doméstico, se ningunean las provocadas por la aceptación entusiasta del mundo estatocapitalizado.. Según el ministerio de Sanidad, en el siglo XXI los decesos por enfermedades provocadas por tóxicos ambientales (tabaquismo, alcohol, stress, mala alimentación, drogas legales recetadas y también ilegales, por desplazamientos, etc) se ha mantenido estable entre la población masculina y ha aumentado un 10% entre las féminas12. Consecuencia directa de la aceptación acrítica del trabajo asalariado, presentado como la panacea de la libertad desde los sectores feministas, y de la desesperación, angustia y ansiedad que la ley del odio contra el hombre ha generado entre las mujeres, a los que no les queda otra que volver, “sola y borracha, a casa”. Por eso también el caso de tumores entre las mujeres jóvenes duplica a los de los chicos13. La igualdad “a la baja”, es decir, copiando todos los vicios de la masculinidad, pero ninguna de sus virtudes, es una de las características del movimiento “por la igualdad de hombres y mujeres” (sic).

 

El grupo por edad y sexo donde más ha aumentado el suicidio es entre las mujeres de 25 a 40 años y el consumo de ansiolíticos (trankimazin y otras benzodiacepinas) están en máximos históricos en el sector femenil de la población. La pauperización se extiende entre las capas populares sin distinción de sexos al igual que la riqueza se acumula cada vez más en una elite unisex , y las consultas psicológicas han sufrido un aumento exponencial14, al igual que las terapias de todo tipo. El maravilloso mundo feliz que prometía el feminismo parece que tiene algún problema en materializarse.

 

Si bien las cifras de violencia machista apuntan a un problema minúsculo y claramente sesgado, el presupuesto para erradicar la VioGen maneja cifras escandalosas15, que sirven para seguir creando la paranoia del fantasma machirulo que campa por doquier, y contra el cual hace falta más policía, más cárceles, más jueces, más adoctrinamiento mediático y educativo, y dado que las evidencias son mínimas, se ha tenido que apelar a algo oculto, fruto de mentes inquisitoriales: los micromachismos. Al igual que en la época del covid, donde todos podíamos ser portadores asintomáticos, también la masculinidad es un tóxico latente que te hace violador “en potencia”.

 

“Los hombres viven menos, se suicidan más y consumen más drogas” En el tuit publicado por el ministerio de sanidad recientemente deja sin quererlo medianamente retratado el feminismo. Quien está en peligro de extinción y en situación vulnerable es lo masculino: 7000 suicidios anuales, 700 muertes laborales, 4 años menos de vida media respecto del sexo “débil”, no parece que en este mundo machista sea la panacea ser hombre16. Pero claro, rápidamente los datos vuelven a ser interpretados desde la óptica de género: no es un problema del sistema estatocapitalista, ni de que las mujeres declinen incorporarse como obreras (aunque sí como cuadros medios y altos) a las profesiones con más riesgos (extractivas, construcción, industrial y transporte) el problema es la masculinidad tóxica, que toma demasiados riesgos.

 

La ley y sus corolarios mediáticos ha enervado la susceptibilidad femenina17 ante cualquier nimiedad que la propaganda feminista ha elevado a prueba irrefutable de machismo: hablar alto y vehementemente, las piernas abiertas, la relativa frialdad por las muestras cariñosas y afectivas, la actitud resolutiva, etc, están siendo estigmatizadas, imponiendo el criterio sensiblero del cuidado por los detalles, haciendo de la comunicación pública en sociedad un pequeño hogar donde todo debe mantener su decoro, con sus protocolos, su menaje de alfombras y cortinas ,sus todos, todas y todes la demanda por más inteligencia emocional, sus preguntas retóricas tipo “¿estás bien?”. El hombre “aliade”, atento, servicial, tierno, empático, conciliador, es el prototipo de ciudadano al que se le puede dar bien por culo mientras exige pacífica y educadamente al Poder que cumpla los derechos que desde las alturas los mismos dominadores han dado. El hombre blandengue, que diría el Fary. El feminismo tiene que ver con esto, con la reeducación masiva del sector viril que todavía mantenía una cierta posición altiva frente al despotismo de los mandantes, y que de no modificar su conducta, se le chantajea con la soledad y el arrinconamiento.

 

Pero detrás de la exigencia de la deconstrucción masculina bajo la amenaza del ostracismo relacional, lo que realmente late es la deconstrucción femenina. El ataque a la libertad condicionando las formas de expresión y el comportamiento, como la vestimenta asexuada, el lenguaje inclusivo, la tonalidad empoderada, el desdén por las diferencias entre capacidades físicas, lejos de mostrar una reivindicación de la propia personalidad femenina, lo que busca es promover una pérdida de identidad que encuentra su definición enfrentándose a sus iguales, los hombres desposeídos del pueblo, y cuya consecuencia más obvia es la tristeza de la soledad y la tragedia del invierno demográfico18.

 

La guerra de sexos espoleada desde las alturas ha llevado prácticamente a materializar la distopía de las granjas de procreación. El hecho de que la mujer, y solo ella, tenga dentro de sí la incubadora natural y saludable de la especie, ha generado una tiranía auspiciada desde arriba, que está comprometiendo la propia viabilidad de la raza humana.

 

La alternativa es obvia. De ser fruto del amor y atracción sexual y personal, la procreación ahora es una cuestión de satisfacer la necesidad caprichosa de ser madre, como si el acto genésico fuera solo fisiológico y no afectivo amoroso, y eso lo ofrece la red asistencial estatal de procreación junto con las clínicas privadas reproductivas. Es tremendo que las mujeres inseminadas por el Estado, tan libres y empoderadas, hayan tenido que dejarse gestar por una institución que no le ha dado opción a elegir los fenotipos que va a legar a su hijo o hija. El colmo de la insensibilidad llega al paroxismo. El recelo y desencuentro entre los sexos ha coadyuvado a la caída en picado de los índices de reposición poblacional, que en el caso de España es ya prácticamente irreversible, propiciando un genocidio de facto de los pueblos ibéricos, y su sustitución por otras etnias, tan respetables en su derecho a sobrevivir como la nuestra.

 

En realidad, el histrionismo de las jefas feministas es una apología de lo cobarde: como los hombres son más fuertes físicamente, pueden imponer su ley en lo doméstico. Ese es su mantra argumentativo. Según este argumentario, se parte de la debilidad para justificar lo imposible de la rebelión contra un “enemigo” poderoso, y lo único que hay que hacer es guarecerse bajo el cuidado y protección de otro ente más imponente que someta al primero. O sea, seguir mantenidas y cuidadas por el Estado, prolongando paradójicamente la naturaleza de seres dependientes, que según ellas tratan de rebatir, en un Neopatriarcado. Esta idea ya de por sí acomplejada y disminuída de ser mujer es la que tienen bien arraigada estas féminas universitarias, seguramente aleccionadas a su vez por su vivencia en un hogar urbano de clase media, que no ha tenido o ha olvidado las referencias de mujeres fuertes y potentes en la tradición libre e igualitaria de la península ibérica19.

 

De ahí su insistencia en buscar cobijo y protección bajo las instituciones. Las mujeres copan los puestos de funcionarios, en lugares bien resguardados: los centros educativos20, los hospitales21, los tribunales de justicia22, los “lugares seguros”, cuya forma de actuación está rígidamente marcada por protocolos que sólo demandan aplicar unas directrices, sin tener que pensar libremente, donde todo está protegido y amparado por la ley y el estado. Por eso la mujer se ha convertido en el funcionario más fiel del Poder.

 

La extensión del teletrabajo y el famoso “quédate en casa”, gritado y aplaudido desde las terrazas en la época del arresto domiciliario de 2020, es la expresión que mejor define lo que busca la alternativa violeta de la sociedad. Volver al hogar. La comodidad doméstica, lejos de ser una protesta, se ha convertido en realidad en el corolario más exacto del proyecto feminista. Y a la par, al hombre le han echado literalmente a la calle: el 77% de los sin techo son varones23.

 

“Delincuencia, delincuencia…vosotros hacéis la ley” (La polla records). En la época de la posverdad y de la neolengua, el justificar una ley escandalosa para cualquier régimen democrático como la vigente LIVG, requiere mantener un imaginario victimista constantemente alimentado por una casta funcionarial, mediática y educativo-cultural bien agasajada. El hecho que el testimonio de una mujer sirva de sustento sin más para ajusticiar a un hombre, es crear la figura del delator en plena democracia formal del siglo XXI, además que implica de facto aceptar la teoría hembrista donde las mujeres son superiores moralmente y pueden por tanto, tener presunción de veracidad, como también lo tienen los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado cuando dan testimonio de un delito, mientras que simultáneamente se demoniza la figura masculina.

 

Las mujeres no lloran, las mujeres facturan” (Shakira). Han estado en el candelero mediático dos casos especialmente llamativos, el caso Errejón y el caso Rubiales. En ambos confluyen figuras masculinas con poder que abusando de su posición sobrepasan la intimidad de dos mujeres conocidas. Esto por cierto es algo bastante frecuente en el ámbito empresarial y político y que no es contemplado por la LIVG, porque no se da en el ámbito doméstico. Pues bien, lo que hay que ver es el papel representado por las agraviadas, que en ambos casos juegan a ser víctimas delicadas e indefensas, cuando en ninguna de las dos situaciones se haya mostrado en comportamientos y declaraciones inmediatas a los hechos que se hayan sentido ultrajadas, agredidas o violadas. Después en frío, y tras algunas “consultas”, deciden denunciar. Más bien se ve una estrategia profesional fomentada por las alturas feministas, viendo el rédito monetario, empresarial y político que supone para seguir alimentando el fantasma del machirulismo.

 

En el primer exordio feminista que suele mencionarse, la obra de Christine de Pisan de 1405 titulada “libro de la ciudad de las damas” (y atribuida a Bocaccio hasta el siglo XVIII), la autora recoge su desazón por la idea extendida por “filósofos, poetas, moralistas, todos..” de la naturaleza viciosa y malvada de la mujer. Está claro que estas expresiones eran de la cultura escrita, reducto del patriarcado concubinático de la nobleza aristocrática en la baja edad media . El pueblo se regía sin embargo por la cultura oral, ajena a estas tonterías de palacio. El trabajo en común, la gestión compartida del comunal y de la propiedad familiar, las fiestas, y en definitiva la capacidad de todos los individuos, hombres y mujeres, de desarrollar funciones imprescindibles para la supervivencia y el mejor bienestar colectivo posible fundamentaban un marco de relaciones igualitarias y respetuosas, cuya piedra angular era la autopercepción de la propia dignidad.

 

En cualquier democracia formal debería tener cabida ante los problemas la diversidad de discursos, oportunidades de acceder a los púlpitos difusores, o al grifo de las subvenciones (es ironía). Pero el único discurso bien regado con el dinero robado a la población vía impuestos es el feminista. La resistencia del bando popular que, alejados de las prebendas estatales, han rebatido de manera rotunda la debilidad argumentativa del hembrismo supremacista que subyace en la ideología de género, lo único que han recibido es hostigamiento y segregación mediática. El trabajo, tan sólido y documentado, de Prado Esteban y Félix Rodrigo, y su relegamiento a las estanterias malditas del olvido, así lo muestra fehacientemente.24

 

Si en algo se caracteriza la época inaugurada por la guillotina francesa, es por el poder mediático absoluto que han impuesto tiránicamente las clases medias, emponzoñando el pasado, gracias a eruditos académicos que solo saben lo que ellos mismos proyectan de su mezquindad, y dando entrada por la puerta grande de la ignominia en la historia de la cultura a la posverdad. Porque la era de las Luces ha sido en realidad la era de los focos, dirigiendo la atención a lo que interesadamente marca la agenda biopolítica del Poder. El feminismo como ideología ha buscado desvirtuar y envilecer el pasado magnífico que representa el mayor ejemplo de igualdad y confraternidad que seguramente ha existido jamás, en los pueblos europeos desde la Alta edad media, especialmente en la península ibérica, el comunal con autogobierno por asambleas concejiles, y cuyos rescoldos propiciaron precisamente la épica guerra civil española, hecho igualmente único y extraordinario.

 

Si tuviéramos que hacer un símil entre la medicina y la política, asemejando las medicinas con las leyes, y contrastar la eficacia de ambas viendo si los problemas, de salud o sociales, mejoran o no, para la nefanda efeméride de la Ley Integral de Violencia de Género, aprobada por mayoría abrumadora el 28 de Diciembre de 2004, la conclusión es apabullante. El pueblo ha perdido en unidad, amor, niños e ilusión vital, mientras que el Poder ha ganado temporalmente en su objetivo tiránico hiperdominador. Pero en el seno de la aparente fortaleza reside la fragilidad endémica en toda tiranía, y es que, al destruir a las personas, hombres y mujeres, el Estado se está dando un tiro en el pie al devaluar los recursos humanos que necesita para subsistir. Unos seres debilitados y huérfanos de afecto son propensos al derrumbe personal y a las enfermedades físicas y psicosomáticas. El absentismo es una pandemia que afecta ya a 6’6 % del personal del tejido productivo, donde 1 millón y medio de trabajadores faltan diariamente a su puesto de trabajo, multiplicando por 2 las cifras de hace 10 años, y de todas las causas, las que han aumentado exponencialmente son la depresión y la ansiedad, generando el 50 % de las bajas, siendo las mujeres las más afectadas25.

 

La revolución que demanda nuestra sociedad será sobre todo una revolución del amor relacional, donde volvamos a recuperarnos desde lo convivencial y lo erótico, como seres fraternales y no como seres resentidos con deudas pendientes y rencillas en el seno del pueblo, tal como se ha planteado la diferencia sexual desde la ideología de género lanzada desde el Poder. Pero para ello hace falta un cambio sustancial en nuestro interior. El amor no nos salvará si estamos llenos de vanidad, de goce, de facilidad, de derechos, de mezquindad. Debemos revolucionarnos. Hombres y mujeres.

 

La igualdad tan cacareada solo se puede dar desde la inviolable diferencia de cada persona, con toda la expresividad no reprimida de su sexo y su carácter, y donde la líbido y el deseo por el otro sexo vuelvan a generar la ilusión y la esperanza hoy perdida entre tanto adoctrinamiento amorfo y asexuado. Contra la mojigatería de la derecha y el asexualismo de la izquierda, levantemos la bandera de la erótica vital y fraternal26, que permita unir en el coito desenfrenado y procreador a dos realidades sexuadas diferentes e insoslayables. Porque lo que une estas dos realidades es el erotismo por lo diferente, buscando la complementariedad no enfermiza en el otro sexo. La LIVG ha cumplido bien su función , para las elites. Ahora se trata de que el pueblo, la cuarta pared, responda, como en su día lo hizo Miguel Hernández:

 

Con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,
Seguiremos besándonos en el hijo profundo.
Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,
Se besan los primeros pobladores del mundo27



Antonio de Murcia

 

 

1 Título de una canción de 1832, donde se caricaturizaba los rasgos de carácter de los negros de las plantaciones

 

2 Véase “Jim Crow, le terrorisme de caste en Amerique” de Loic Wacquant, ed raison d’agir

 

3 “Historia del feminismo” Juan Sisinio Perez Garzón, ed. Catarata, pg 94

 

4 https://fundaciondefensahombresmaltratados.es/detenidos-por-ser-hombres/

 

5 https://feminicidio.net/informe-anual-feminicidios-y-otros-asesinatos-de-mujeres-en-espana-en-2023/

 

6 https://efe.com/espana/2023-11-30/estudio-consumo-porno-jovenes/

 

7 https://www.huffingtonpost.es/politica/por-que-jovenes-acuden-vez-mas-posiciones-extrema-derecha.html

 

8 https://theobjective.com/espana/tribunales/2025-01-06/denuncias-violencia-genero-condena/

 

9 La media de asesinatos domésticos en mujeres está en torno a 55 anuales, mientras el de hombres en torno a 13.

 

10 Nadie parece percatarse ni anotar el abultado porcentaje de presencia de armas de fuego , el 20%, en los feminicidios, de las que son portadores personas vinculadas actual o antiguamente con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Poder-Judicial/Consejo-General-del-Poder-Judicial/En-Portada/Mas-de-la-mitad-de-las-victimas-mortales-de-la-violencia-de-genero-de-2023-tenian-menores-a-su-cargo--la-mayoria-hijos-biologicos-del-agresor-

 

11 Ibid. Casi el 50% de los casos de violencia machista son producidos por hombres extranjeros, y en igual porcentaje para el caso de la mujer que sufre la agresión. Si a ello añadimos aquellos casos de personas que tienen nacionalidad española, pero eran extranjeros, el desarraigo de los agresores y víctimas es un factor determinante que igualmente es ocultado para no incurrir en supuestos delitos de xenofobia. En el lío monu-mental que la izquierda ofrece como ideología, con la defensa de la inmigración y del feminismo, cada vez es más flagrante su esquizofrenia.

 

12 https://www.elespanol.com/ciencia/salud/20240204/cambiado-espana-cancer-siglo-xxi-casos-mujeres-mayor-supervivencia/829917122_0.html

 

13 https://www.elespanol.com/ciencia/salud/20240130/cancer-ceba-mujeres-jovenes-espana-doble-casos-hombres/828667564_0.html

 

14

 

15 El https://espaciovividoras.com/bienestar-emocional/por-que-las-mujeres-acudimos-mas-al-psicologo/ministerio de Igualdad ha llegado a la cifra de 20.000 millones bajo la superministra Irene Montero en 2022. Pero esto solo es la punta del iceberg en la inversión.

 

16 “El patriarcado desde su fundación es un pacto entre varones basado en sus valores, en sus ideas de sociedad y, especialmente, en la colaboración que le debemos las mujeres. Lo que no ha existido jamás en la historia es un pacto político entre mujeres” El triunfo de la masculinidad” Margarita Pisano. Surada ediciones pg 50.

 

17 “Al estar más preocupadas por la aprobación de los demás, muchas de estas mujeres reprimieron sus deseos genuinos, lo que a largo plazo derivó en una sensación de insatisfacción y pérdida de identidad. El estudio destaca que, para muchas de las participantes, haber vivido de acuerdo con las expectativas sociales resultó en una vida menos auténtica Este arrepentimiento se contrapone a lo que, según el mismo estudio, más orgullo genera entre las personas mayores: las relaciones que han cultivado. Tanto hombres como mujeres coincidieron en que lo más importante para ellos, al final de su vida, fueron las conexiones profundas que mantuvieron con familiares y amigos, y no los logros materiales o profesionales”. https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2025-02-09/1qrt-mujeres-comparten-el-mismo-gran-arrepentimiento_3986161/ Este estudio muestra que el mayor arrepentimiento es no ser nosotros mismos, dejarnos influir por ideologías como actualmente el feminismo, que además propicia el enfrentamiento y la imposibilidad de conexiones profundas en las relaciones.

 

18 “Algunas mujeres fácilmente llaman patriarcal cualquier expresión de lo humano atrapada en la simbólica de lo masculino: la autonomía, el ejercicio del conocimiento, la independencia, les es necesario permanecer en la feminidad patriarcal, ser buenas, acogedoras, no discutir, necesitar al otro/a”. el triunfo de la masculinidad. Margarita Pisano. Ed suruela pg 52. Según la autora, lo contrario de la feminidad patriarcal sería ser malas, inhospitalarias, discutir y no necesitar al otro/a. O sea, feminismo nietzscheano.

 

19 Mi tía abuela Ramona hubiera podido dar una charla en la universidad a estas fanáticas del odio al varón popular, narrando cómo mandó a mi tío abuelo Maximino, estremecido, a velar por las cabras preñadas mientras ella paría sola en el chamizo.

 

20 El 66,9% del profesorado que imparte enseñanzas en el sistema educativo es femenino, según datos del curso 2018-2019. Esta cifra se eleva al 72,2% cuando se habla de los docentes de enseñanzas de régimen general no universitarias. El porcentaje alcanza su máximo en Educación Infantil, con el 97,6% de maestras frente al 2,4% de los hombres. Sin embargo, en la formación universitaria, la proporción de mujeres docentes se sitúa en el 42,4%, apunta el informe Las cifras de la educación en España. Curso 2018-2019 (Edición 2021).

 

21 Las mujeres ocupan alrededor del 70% de los puestos de trabajo de los trabajadores sanitarios en todo el mundo, más del 80% de las funciones de enfermería y más del 90% de las parteras , prestan la mayor parte de los cuidados no remunerados y del trabajo doméstico en familias y comunidades, y toman la mayoría de las decisiones de compra y uso de productos sanitarios.

 

22 https://www.poderjudicial.es/cgpj/es/Poder-Judicial/En-Portada/8-M--Mujeres-pioneras-en-el-Poder-Judicial

 

23 https://www.epdata.es/datos/centros-servicios-atencion-personas-hogar-datos-graficos/452

 

24 “Feminicidio o autoconstrucción de la mujer: recuperando la historia” ed. Aldarull.

 

25 https://aedrh.org/news/la-salud-mental-ya-causa-el-50-de-las-bajas-laborales/

 

26 El libro de Félix Rodrigo “erótica creadora de vida” ed. Potlach, desarrolla acertadamente esta idea, como superadora del marasmo vital y demográfico en que se encuentra la sociedad europea actualmente.

 

27 “Hijo de la luz y de la sombra”

 

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