¿Tienes picha?

Publicado el 1 de marzo de 2025, 7:00

Por Antonio Hidalgo Diego

Tiempo estimado de lectura: 7 min

 

¡Qué traviesa es Mapi León! ¡Qué picarona! Pese a estar a pocos metros de su pareja, la también futbolista del Barça Ingrid Engen, la defensa aragonesa no se cortó un pelo cuando decidió por accidente, en un lance del juego fortuito pero premeditado, palpar las partes pudendas de una rival, la colombiana Daniela Caracas, jugadora del Espanyol1. ¡Porque una mujer sí que sabe tocar a otra mujer! No como los hombres, que somos todos unos manazas, unos agresores en potencia y unos retrógrados que añoramos aquella lejana época en la que para ligar uno preguntaba: ¿estudias o trabajas? Pero vivimos tiempos tan avanzados y respetuosos con la mujer que, para evitar sorpresas incómodas, lo primero que se le pregunta a la chica, mientras le metes mano en la entrepierna, es: ¿tienes picha?, vaya a ser que quiera cobrarse el suplemento. Hizo muy bien la desconfiada Mapi comprobando el género antes de comprarlo, pero, igual que pasa con los fruteros, los sacerdotes de lo políticamente correcto no gustan de este tipo de tocamientos, y si no, que se lo digan al corruptísimo Luis Rubiales, el enfarlopado sindicalista del PSOE, que será condenado de la misma manera que Al Capone: por un delito menor de entre los muchos cometidos. ¡Tócate los huevos, Rubiales!2

 

Lo único que nos sorprende de la enésima polémica que protagoniza el fútbol femenino en su tan corta como promocionada historia, un deporte que no interesa a casi nadie pero que ha conseguido empoderarse a base de escándalos, es que Daniela Caracas no le cruzara la cara de un guantazo a la impertinente Mapi León. Tal vez no lo hizo porque sabe que pegarle a una mujer es violencia machista… Pero, ¿acaso no es violencia machista practicar tocamientos en los genitales a una fémina sin su consentimiento? ¿Deja de ser violencia machista cuando la (presunta) agresora sexual es de sexo feminista? ¿Qué pasa cuando la (presunta) agresora sexual tiene sentimientos sexo-afectivos con otras mujeres? ¿También es machista? ¡Cuántas contradicciones y qué pocas respuestas!

 

Y en medio de tanta confusión, me asalta otra pregunta: ¿qué tendrán las tropicales frutas de los futbolistas colombianos que tanto apetece meterles mano? Lo digo por Carlos Valderrama, ex del Real Valladolid, cuyos testículos sufrieron los insistentes tocamientos del madridista Míchel en 1991, cuando los hombres salvajes que poblaban la península no conocían las bondades civilizatorias de la ideología de género y se comportaban como cavernícolas3. ¿Cuáles fueron, entonces, las reacciones ante un incidente tan parecido? El peludo Valderrama soportó con incredulidad y resignación que le tocaran lo que no suena sin amenazar a nadie con una demanda, los aficionados al fútbol se echaron unas risas y Míchel, por su disparatada ocurrencia, recibió a modo de penitencia un cántico que todavía resuena en sus oídos: ¡Míchel, Míchel, Míchel, maricooooon, maricooooon, marico-o-on! Todos los que cantaban la cancioncilla sabían que el madrileño no era homosexual, pero también sabían que merecía una ejemplar reprimenda por violentar a su colega, así que Míchel agachó la cabeza y nunca negó los tocamientos que todos presenciamos.

 

En verdad, a la gente normal y corriente nos importa muy poco con quién se acueste cada uno. Porque, además de bromistas y tolerantes, los miembros de la plebe tenemos dos dedos de frente, no somos imbéciles, tal y como piensa Mapi que, más ancha que larga, ha negado unos hechos que todos hemos contemplado con nuestros heteropatriarcales ojos y, altiva, lejos de pedirle disculpas a Caracas y a los aficionados por su insolencia, nos amenaza con «emprender acciones legales contra quien pretenda aprovechar este lance del juego para perjudicarme y seguir difamando sobre pruebas infundadas». Denuncia, denuncia, que algo queda… ¡Yo sí te creo, hermana Mapi! ¡Yo si te creo, hermana Daniela! Entonces… ¿A quién tengo que creer de las dos?

 

Eso sí, María Pilar, estírate un poco y fírmale los autógrafos a los niños, que les hace ilusión4 y, de esta manera, el gremio de futbolistas que menstrúan (pero no conciben)5 empezaréis a caer bien a la afición, algún día se llenarán los estadios en los que jugáis y vuestra bien remunerada profesión no tendrá que depender de subvenciones a cargo del contribuyente y escándalos de laboratorio.

 

Si nos sacamos de la manga una bola de cristal, podemos adivinar cómo terminará este patético vodevil. El villano José Lawrence Rubiales de Arabia no tendrá que devolver ni un céntimo de lo que se le ha quedado pegado en el bolsillo, pero ya ha recibido una reprimenda por darle un besito a la Hermosa doncella tatuada de metro setenta y cinco. Mapi León, la duendecilla traviesa, por contra, no solo se irá de rositas por una acción aparentemente más grave que la que cometió el expresidente de la federación, sino que se forrará con algún que otro anuncio publicitario o retransmitiendo las campanadas de Nochevieja para TVE en la Puerta del Sol6. Daniela Caracas, la Medusa del Caribe, víctima de la ira de las nuevas endiosadas del Olimpo del fútbol femenino, pasará el resto de sus días condenada en el Hades del ostracismo por culpa de vestir la camiseta del patito feo del fútbol catalán y por haber elegido mal el sexo de su (presunto) agresor sexual.

 

Moraleja: ¿tienes picha? Pues te vas a meter en problemas (y si no, que se lo digan a Karla Sofía Gascón). ¿No la tienes? Entonces haz lo que te salga del coño.

 

 

Antonio Hidalgo Diego

 

 

 

1 Breve vídeo que resume la polémica y muestra las imágenes (diario Marca):

https://www.youtube.com/watch?v=5NCgT0dwtF0

 

2 No estoy insinuando que Luis Rubiales hubiese consumido cocaína, sino que se comporta como si lo hubiera hecho:

https://www.youtube.com/watch?v=1R0kPEqWpXM

 

3 Míchel y Valderrama, una pareja para la historia del fútbol:

https://www.youtube.com/watch?v=84yUYg4RzpU

 

4 Mapi León se niega a firmar un autógrafo. Consultar ABC (11/11/2024).

 

5 La plantilla del Barça femenino está conformada por 20 jugadoras, de las cuales 0 han sido madres. Datos extraídos del Instituto Nacional de Charos. Madre no hay más que una, dicen, pero en el fútbol femenino no hay ninguna.

 

6 ¿Por qué cambió Jenni Hermoso, de la noche a la mañana, su percepción acerca del piquito de Rubiales, que pasó de ser una anécdota sin importancia a una agresión traumatizante? Tal vez por los 25.000 euros que le pagó el Ente público por la bochornosa retransmisión de las campanadas, quizá por los 360.000 euros anuales que le pagaba el CNI Pachuca cuando dejó (muy oportunamente) el Barça poco después de la polémica o, a lo mejor, el verdadero responsable de la metamorfosis de Hermoso es el más de medio millón de euros que le paga su actual equipo, el CNI Tigres, cinco veces más de lo que cobraba antes del mágico beso que le cambió la vida y siendo una futbolista en la recta final de su carrera por tener 34 años de edad.

 

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