Por Miguel Pina
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Hace unos días, ayudando a JF en su traducción de "A society organized for war. The iberian municipal militias in the central middle ages, 1000-1284" sentí curiosidad por conocer el origen y antigüedad de la palabra "municipio". Me puse a buscar en internet y di con una página de una universidad mejicana que trataba el tema. Casi de inmediato captó mi atención un párrafo que refulgía en la pantalla. Era el siguiente:
"La sociedad comunal existe en todos los pueblos, cualesquiera que sean sus usos y sus leyes; el hombre es quien forma los reinos y crea las repúblicas; la comuna parece salir directamente de las manos de Dios."
Alexis de Tocqueville.
¿Cómo era posible -me pregunté- que algo así me hubiera pasado desapercibido cuando leí a Tocqueville hace dos o tres años?
Me acerqué a la estantería, cogí el primer volumen de "La democracia en América" y, efectivamente, allí en el capítulo 5 se encontraba la maravilla. Solo que ya no refulgía. Ahora pasaba desapercibida. Esto es lo que leí:
"La sociedad municipal existe, pues, en todos los pueblos, cualesquiera que sean sus costumbres y leyes. Es el hombre quien hace los reinos y crea las repúblicas; el municipio parece salir directamente de las manos de Dios."
Con afán busqué en internet el texto original deseando poder darles la razón a los mejicanos. Y me llevé una alegría. Este es el texto original:
"La societé communale existe donc chez tous les peuples quels que soient leurs usages et leurs lois; c´est l´homme qui fait les royaumes et crée les républiques; la commune parait sortir directement des mains de Dieu."
¡Dios mío! Con solo cambiar una palabra el daño que se puede hacer...
Miguel Pina
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