Mi estudio sobre el fuero nuevo de Vizcaya 1526

Publicado el 8 de septiembre de 2024, 17:40

Por Félix Rodrigo Mora

Tiempo estimado de lectura: 13 min

 

Tenía deseo de escribir sobre este fuero territorial desde hace muchos años, y cuando una asociación de Euskal Herria me pidió que lo hiciera, acepté con entusiasmo. En 2026 será el quinientos aniversario de su promulgación, lo que dará lugar a un buen número de celebraciones y cuchipandas, previsiblemente indocumentadas, manipuladoras e hipócritas, por todo el país de los vascos, a cargo de la politiquería institucional que se dice “nacionalista” e “independentista” pero es cipaya de Madrid-Bruselas y del capitalismo transnacional apátrida, aculturador y en inglés.

 

El título de mi estudio es “Quinientos aniversarios del Fuero de Vizcaya, 1526-2026. Del ayer al futuro”. Tiene la forma de un folleto, o pequeño libro, y estará disponible cuando la asociación que me lo encargó lo publique.

 

Tengo un análisis del fuero general de Navarra, de la segunda mitad del siglo XIII, editado por la Fundación Nabarralde en una obra colectiva sobre Derecho Pirenaico, así como diversos análisis de fueros locales de Castilla, La Rioja, León, etc., siglos XI al XIII, en mi página, felixrodrigomora.org. Pero el estudio sobre el texto legal básico de los vizcaínos, desde 1526 hasta su definitiva abolición, totalitaria y liberticida, por el liberalismo español en 1876, es, según mi parecer, el más completo, más redondo y más rotundo de los que he hecho, a la vez que el más relacionado con las grandes cuestiones de nuestro tiempo, en primer lugar, con la conquista revolucionaria de la libertad política, con la revolución integral.

 

Lo más significativo de aquel fuero es lo que recoge, conserva y contiene, si bien parcialmente, del sistema de democracia directa, cuyo fundamento es el batzarre (concejo abierto soberano local) de cada población o anteiglesia, todos los cuales envían sus portavoces (que no representantes) a las Juntas Generales de Gernika, por medio de una estructura intermedia, los batzarres comarcales, o de las merindades (entonces siete) en que se organizó políticamente Vizcaya. Tal régimen político se asemeja a la llamada democracia ateniense, con el batzarre ejerciendo de asamblea soberana gubernativa. Porque no hay democracia sin asamblea soberana, por eso el parlamentarismo es dictadura. Sobre estas materias remito a mi “Manual de la revolución integral comunal”.

 

La importancia que ello tiene es enorme, para la apropiada comprensión de lo que es el sistema de la democracia directa, así como para su aplicación a nuestro tiempo. Todo ello, una vez popularizado, va a estimular la acción contemporánea en pro de una revolución política, con la asamblea como base y culminando en un organismo unificador, emanado de ella, en este caso concreto las Juntas Generales.

 

Toda esta decisiva realidad histórica ha sido ocultada al público con inmoralidad y obstinación, precisamente por su aplicabilidad a la situación política actual. Dado que la historia real de los vascos es así, es de ese modo, el sistema partitocrático actual queda desautorizado por tiránico, quedando refutado en los hechos. Pero antes de admitir tal verdad, el poder constituido falsifica y censura todo lo que le conviene que sea falsificado1 y censurado…

 

El Estado español tiene razones obvias para no exponer nada plausible al respecto, y el nacionalismo vasco posee igualmente las suyas. Dado que tanto el PNV como EH Bildu son fervorosos partidarios de la teorética y la práctica del Estado nación, toda su atención se concentra en conseguir un Estado nación vasco, un ente estatal conta el pueblo vasco, con lo que aquellas etapas de la historia de Euskal Herria en que no han existido estructuras estatales son rechazadas por ambos. Tanto, que ni siquiera logran “verlas” en los documentos históricos, suficientemente claros y comunicativos al respecto para el que quiera entenderlos2, pues ya dice el refrán que “no hay peor sordo que quien no quiere oír ni peor ciego que el que no desea ver” 3.

 

Vizcaya, junto con los demás territorios (herrialdes) vascos, ha existido como pueblo soberano, sin estructuras estatales y con una economía comunal, desde la segunda mitad del siglo V, es decir, desde la revolución bagauda vascona de mediados de esa centuria, hasta el siglo XI. Más de medio milenio. Y ha poseído manifestaciones todavía potentes, pero en declive, de gobierno por asambleas y comunal, desde esta última fecha hasta la abolición de los fueros territoriales y la desamortización civil española que privatizó la mayor parte de los bienes comunales, agrarios, industriales y de servicios, todo ello en el siglo XIX. Esa es la verdadera historia de Vizcaya y de Euskal Herria toda.

 

El origen de lo que resulta valioso está en la revolución bagauda vascona, realizada entre los años 441-454, espada en mano, contra el poder romano y visigodo. Una de las más grandes mutaciones positivas de la historia de Europa y de toda la humanidad.

 

Estudiar el pasado es necesario para entender el presente y construir el futuro. Euskal Herria tiene que ser desde sí misma, no desde los infectos productos ideológicos, teoréticos y políticos resultantes de la revolución francesa y la revolución liberal española. Quienes, servilmente, se aferran a la doctrina del Estado nación chocan con lo que los vascos han sido durante muchos siglos, por tanto, con lo que deben ser y tienen que ser en el siglo XXI. Por eso, los nacionalistas vascos, españolistas de facto, desprecian e ignoran todo lo genuinamente vasco, el primer lugar el batzarre y a continuación el derecho pirenaico/derecho consuetudinario, el sistema de autoorganización política territorial, el auzolan, la moralidad cívica y personal4, el komunal5, etc., sin olvidar los textos forales, que ni entienden ni les importan. Así pues, no comprenden y además aborrecen su propia historia, lo que disimulan por razones electoralistas. Por eso son vectores determinantes de aculturación e incluso de autoodio, de la demolición de la idiosincrasia y la cultura vasca, por tanto, de laminación del euskera, que es, probablemente, la lengua-cultura por antonomasia. Debido a ello, no podrá sobrevivir a la actual destrucción de la identidad cultural, el sistema de valores y la personalidad vasca.

 

El estudio del Fuero Nuevo de Vizcaya de 1526 es un ejercicio apropiado y pertinente para que las gentes de Euskal Herria afirmen y robustezcan su vasconidad, para revertir la actual situación de desmovilización, resignación y pasividad existente en el pueblo vasco, escenario inquietante del que EH Bildu es el principal responsable, en tanto que sucursal del ente estatal español, al que se ha vendido por cargos institucionales y enormes aportaciones monetarias. En las actuales condiciones, tan difíciles, la existencia misma de lo vasco y de los vascos corre peligro, cierto y próximo, si no se da una respuesta revolucionaria, masiva y combatiente, desde ahora.

 

El año 2026, en incluso el anterior, van a ser de celebraciones institucionales, politiquería sinvergüenza y charlatanería mercenaria sobre el Fuero de Bizkaia, lo que debe ser prevenido, resistido y contestado desde ahora, formando equipos que estudien el Fuero y que libren la batalla de ideas correspondiente. Para lo que haya que hacer o se haga, quien lo desee puede contar conmigo6.

 

 

Félix Rodrigo Mora

esfyserv@gmail.com

felixrodrigomora.org

 

 

1 En lo referente a tergiversar, por razones políticas, la historia de Euskal Herria, quien se lleva la palma es el libro de Mikel Sorauren “Historia de Navarra, el Estado vasco”. En él, la obsesión estatista de la izquierda “abertzale” se hace enfermiza estatolatría, tosca ceguera e irracionalidad, resultando una obra que descuella por su ínfima calidad historiográfica y chapucera elaboración. Por causa de la politiquería ni siquiera “ve” a los bagaudas ni al batzarre ni al derecho consuetudinario ni al comunal, a pesar de que incluso hoy el 40% de la tierra en Navarra es comunal… Tampoco “ve” que el susodicho Estado “de Navarra”, que jamás utilizó el euskera por una obvia decisión política, lejos de ser “el Estado vasco” fue justamente lo contrario, el Estado antivasco.

 

2 Quienes escamotean la verdad sobre la Alta Edad Media en los asuntos que nos ocupan suelen aducir que no existe documentación vascona sobre ella. Es verdad que no hay fuentes escritas pues los vascones, al ser sociedad sin Estado, eran de cultura oral, rechazando la escritura, pero lo que sabemos sobre ellos es mucho, por lo que sus enemigos seculares refieren y narran al citarlos. Tanto los visigodos como los francos ofrecen en sus textos una masa enorme de datos sobre los vascones que, analizados sin apriorismos, con objetividad, permiten llegar a conclusiones tan exactas y rigurosas como formidables y emancipadoras. Eso es lo que hago en mi trabajo sobre el fuero de Vizcaya.

 

3 El nacionalismo vasco, ayer y hoy, tiene dos modos de existencia en lo referido al ente estatal. El primero es desear un Estado propio, “vasco”, y el segundo es contentarse con el Estado español, al que se une e incorpora, según el principio de que “a falta de pan buenas son tortas”, es decir, si no es posible un aparato estatal vasco pues contentémonos con el español, lo que convierte su estatismo en la causa primera de su españolismo. Dado que, como dice Orwell, “el poder es Dios”, para los nacionalistas vascos el Estado español deviene en deidad, en divinidad, en Totalidad. Ese camino lo recorrió en su día Sabino Arana y años después el complejo ETA-Bildu, ahora sumiso hasta lo patético ante Madrid, ante Bruselas y ante el gran capitalismo apátrida desnacionalizador.

 

4 Una vez le pregunté a mi llorado amigo Pedro Mari cuál era su diferencia esencial, como vasco euskaldún, con la izquierda “independentista” y me contestó que “su absoluta inmoralidad” … Así es, el pueblo vasco se ha regido por categorías morales y axiológicas decisivas y numerosas, que forman parte del núcleo central de su acervo cultural, todo lo cual ha sido ignorando y pisoteado por aquélla, para la que sólo cuenta el poder y el dinero, categorías rotundamente no-vascas.

 

5 EH Bildu es hoy un movimiento político-electoral que se posiciona a favor del capitalismo, esto es, del gran capital negador de la soberanía económica y social al pueblo vasco, que lo explota y lo devasta con el trabajo asalariado.

 

6 Realizada una de mis ilusiones analíticas historiográficas, conocer a fondo el Fuero de Vizcaya, me queda otra pendiente, estudiar para comprender adecuadamente la legislación altomedieval, y medieval en general, catalana, el dret consuetudinari, los Usatges, las Costums y otros entes jurídicos similares. Pero sólo los de naturaleza popular, no los de origen condal, ni carolingio, ni visigodo, ni de príncipes o princesas, ni de las coronas o realezas, ni señorial, ni eclesiástico. Únicamente popular, esto es, catalán.

 

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