Por José María Peiró
La reciente decisión popular, a mediados de octubre, por mayoría del pueblo de Fuentecantos (Soria) ‘con un 70% de apoyo vecinal y mayoría de 2/3 del pleno’ de poner en marcha concejo abierto para ir tomando poder soberano es algo elogiable que merece ser tenido en cuenta, y ser seguido con expectación ejemplarizante. Este evento crea un hito, o mejor, lo levanta de la tierra en que fuera sumido lentamente con el paso de los tiempos, si se permite esta metáfora de lo que fue la organización comunal del pueblo regida por un concejo abierto.
Recordamos algún otro antecedente próximo en otros territorios peninsulares a modo de pistoletazo de salida, como por ejemplo el de a mediados de junio, con la decisión del pueblo de Bellprat (l’Anoia, Catalunya) de ‘plantarse’ «declarándose soberanos y desobedecer las decisiones que quieren condenarles con un aluvión de proyectos de parques fotovoltaicos, de aerogeneradores y línea de muy alta tensión» (MAT).
Y en noviembre, desde Biltzarre (Euskal Herria) se convocan batzarres locales proponiéndose modelos de constitución de los mismos para cada localidad, que irán llevando su voz a unas Juntas bajo el árbol de Guernica el último domingo de mes. Ya se verá el alcance y la claridad de miras de estas propuestas activas, ojalá que se destapen los velos que aún perduran con tibiezas y posibles añadiduras ‘istas’ (https://revolucionintegral.org/index.php/item/689-respuesta-critica-a-la-convocatoria-de-biltzarre ) acerca del autogobierno popular sin estados desde una visión diáfana de lo que es el comunal con sus imprescindibles y necesarios batzarres o concejos abiertos, en definitiva.
Todo esto es como un punto de inflexión; en cierta forma la caída del común, del comunal , de lo comunal, va tocando fondo desde generaciones y generaciones atrás en que aún existían concejos abiertos, batzarres, comuns,.. a la par que concejos cerrados que fueron imponiéndose y eclipsando a los anteriores, desde los ayuntamientos municipales recaudatorios de más tasas e impuestos, y ejecutores de decisiones no populares o en todo caso llevadas a cabo de una forma no asamblearia y consensuada por más que pueden englobarse en los llamados ayuntamientos democráticos (democracia partitocrática constitucional…), siendo por tanto piezas claves del Estado para usurpar su soberanía al pueblo, a los pueblos.
Ahora toca remontar, con voluntad firme y cierta confianza, pactar quizá, cuándo y dónde sea necesario, solicitar y emprender referendums municipales, en definitiva, autoorganizarse, siendo más soberanos y autores inalienables e insustituibles de nuestras propias vidas individuales y en mutua y propicia interacción colectiva, y sobre todo, saber que vamos por buen camino aunque cuesta emprenderlo y avanzar más deprisa, pero vamos hacia adelante, hacia un porvenir más humano y humanizador, verdaderamente más sustentable para todo el mundo.
José María Peiró
Artículo original publicado por el autor en el blog "Recuperar el Comunal".
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